Sueño de una tarde de verano
Aquella tarde fui a ver Sueño de una noche de verano, una hilarante comedia, en la que el
mundo de las hadas y de los humanos se une durante una sola noche. En líneas generales, es una obra llena de
romance: los amantes Lysander y Hermia se
adentran en el bosque en un intento de escapar de Atenas y poder casarse; sin
embargo, estos son seguidos por Demetius (también enamorado de Hermia) quien, a
su vez, es perseguido por Helena, perdidamente enamorada de este. Una vez en el
bosque, Puck, sirviente de Oberon, rey de las hadas, por error provoca que
tanto Lysander como Demetrius se enamoren de Helena utilizando las propiedades
de una flor mágica. Por otro lado, también en el bosque un grupo de artesanos
se prepara para la puesta en escena de la obra Pyramus and Thisbe, para representarla el día de la boda del duque
de Atenas, Theseus e Hippolyta, animando la tarde con bailes de claqué y
cómicas escenas.
Al igual que en tiempos de Shakespeare, el decorado de la obra se mantuvo al mínimo,
sin embargo, los actores junto con los músicos crearon una atmósfera de ensueño
perfecta para una noche llena de magia. Por otra parte, en esta producción el
papel de las mujeres estaba representado por actrices y no por actores
masculinos, lo que se aleja de las producciones genuinas renacentistas; sin embargo,
ésta es una característica que otorga a la obra un acercamiento más realista.
Para terminar, señalar que tan solo el mágico nombre de la obra, junto
con el conocimiento de su autor aseguran una placentera
experiencia, pero la actuación brillante de los actores, sus bailes y música,
además de tener el teatro The Globe como escenario, me permitieron, en
conclusión, vivir el sueño de una tarde de verano.
Irene Finestrat Martínez.